Europa
Exposición a activos de energías renovables denominados en euros en Europa a través de un instrumento cotizado y oportunidades de coinversión en el mercado privadoUn negocio de infraestructuras de energías renovables líder en Europa
Las inversiones de Schroders Greencoat en Europa se concentran actualmente en Greencoat Renewables PLC (GRP), titular y operador de activos de energías renovables denominados en euros.
Tras afianzar una posición de liderazgo en Irlanda, GRP se ha expandido hacia Europa continental desde 2020. La empresa tiene acceso a una gran bolsa de activos en los que trata de encontrar rentabilidades atractivas diversificando al mismo tiempo la exposición de la cartera a las variaciones locales con respecto a los recursos renovables.
GRP invierte en activos de energía eólica y solar con el objetivo de ofrecer a los inversores un dividendo anual que vaya aumentando progresivamente. Es la tercera mayor firma de renovables cotizada en el Reino Unido.
La estrategia en el mercado privado de Schroders Greencoat consiste en desplegar el capital de los inversores institucionales y el de GRP en infraestructuras europeas de energías renovables, haciendo posible la transición a las cero emisiones netas y contribuyendo a la seguridad energética de la región.
Aprovechando oportunidades en toda Europa
La cartera de Greencoat Renewables incluye activos de producción de energía eólica (terrestres y marinos) y solar, cuya capacidad total instalada es superior a 1 GW. Tiene acceso una consolidada y diversa bolsa de oportunidades a lo largo y ancho del continente, con presencia en Irlanda, Francia, Alemania, Finlandia, España y Suecia.
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Principales riesgos de inversión
Riesgo de volatilidad el valor de las inversiones y las rentas que generan pueden subir al igual que bajar, y los inversores podrían no recuperar el capital invertido inicialmente.
Riesgo de liquidez: es posible que haya muy poca liquidez disponible a través del mercado secundario del Fondo propuesto con motivo de los activos de crédito privado subyacentes y los inversores deben sopesar invertir si su intención es mantener la inversión a lo largo de toda la vida del Fondo propuesto. La liquidez de las inversiones subyacentes puede no ser suficiente para satisfacer las solicitudes de suscripción y reembolso de los inversores.
Riesgo de tipos de interés: la subida de los tipos de interés suele conllevar una bajada en el precio de los bonos.
Riesgo crediticio de los emisores/prestamistas subyacentes: el deterioro de la situación financiera de un emisor puede provocar que el valor de sus bonos/préstamos caiga o pase a ser nulo.
Riesgo de divisas: el fondo podría estar expuesto a diferentes divisas. Las fluctuaciones en los tipos de cambio podrían ocasionar pérdidas.
Riesgo de contraparte: la contraparte de un derivado u otro acuerdo contractual o producto financiero sintético podría llegar a ser incapaz de cumplir sus compromisos con el fondo propuesto, pudiendo ocasionar una pérdida parcial o total para el fondo propuesto.
Riesgo de derivados: un derivado podría no comportarse según lo previsto y podría generar pérdidas mayores que el coste del mismo.
Riesgo de concentración: es posible que el Fondo propuesto se concentre en un número reducido de regiones geográficas, sectores industriales, mercados y/o posiciones. Esto puede provocar importantes variaciones en el valor del fondo, tanto al alza como a la baja, lo que puede afectar negativamente a la rentabilidad del fondo.
Riesgo de endeudamiento: el fondo propuesto puede pedir prestado dinero para realizar inversiones adicionales. El endeudamiento incrementará la rentabilidad si el valor de las inversiones adquiridas sube por encima del coste de los préstamos, o la reducirá si no lo hace.
Riesgo de valoración: los activos de crédito privado subyacentes pueden no tener fuentes fiables para fijar su precio. Además, los instrumentos basados en bienes raíces invierten en bienes inmobiliarios, cuyo valor suele venir determinado por la opinión de un tasador.
Riesgo sectorial/país: los cambios legislativos o en la situación económica general y el aumento de la competencia pueden afectar al valor de las inversiones. Otros riesgos pueden ser el incremento de la incertidumbre política y social y las catástrofes naturales.
Riesgo de activos de infraestructuras: los activos de infraestructuras exponen a los inversores a riesgos adicionales, en particular, al riesgo de construcción (por ejemplo, retrasos en las obras, sobrecostes, etc.) y el riesgo de despliegue (por ejemplo, el despliegue del capital en varios tramos a lo largo de la fase de construcción en vez de hacerlo por adelantado en el caso de las inversiones en zonas industriales abandonadas).